La aparición de la correa de distribución es relativamente reciente. Inicialmente los motores montaban un sistema con cadenas o uno formado por piñones para transmitir el movimiento entre el cigüeñal y el árbol de levas.
El exceso de ruido que emitían estos sistemas de distribución, así como su alto coste, hizo que los fabricantes empezaran a sustituirlos por correas dentadas de caucho. Durante años la mayoría de los vehículos montaron dichas correas y la cadena de distribución estába relegada aproximadamente al 20% de ellos.
Actualmente hay cada vez más fabricantes que están volviendo a la cadena, tanto en motorizaciones diesel como gasolina de gran y pequeña cilindrada. Veamos algunas de las ventajas y desventajas que ofrecen estos motores y cómo saber que monta un coche.
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¿Cómo saber si un coche lleva cadena o correa de Distribución?
La forma más sencilla de saberlo es buscando en el libro de mantenimiento del coche, dónde deberías encontrar como mínimo los períodos de mantenimiento si es de correa.
Si no tienes acceso al libro puedes intentar comprobarlo visualmente, aunque no siempre es fácil. El tamaño del motor y del vano, la disposición de todos los elementos, etc… influye en la facilidad para comprobarlo. Es importante que no te confundas con la correa de accesorios, que suele estar más visible.
Si la tapa de distribución del motor es de plástico, llevará correa. En cambio, si es metálica es más probable que sea cadena, pero no al cien por cien. Aunque son los menos, también hay motores con tapa metálica y correa bañada en aceite.
Ventajas y Desventajas de la Cadena de Distribucion
¿Es mejor la cadena que la correa? Como todo, tiene algunas ventajas y desventajas. A continuación puedes verlas y decidir que sistema te convence más.
Es más resistente a roturas
Su construcción de eslabones metálicos la hace más fuerte y es complicado que se rompa salvo defectos de fabricación o mal uso.
Además, con el paso de los kilómetros el caucho sufre un mayor desgaste y aumenta las posibilidades de que la correa rompa. Dicha rotura la mayoría de veces supone una avería grave cuya reparación supone un alto coste, incluso varios miles de euros.
No tienes que cambiarla
Otra de las principales ventajas de la cadena es que elimina el cambio de correa de distribución, ya que está diseñada para aguantar toda la vida del coche. Dicho cambio debe realizarse en un taller y el precio es algo elevado, pudiendo rondar los 600 euros o más.
Podríamos pensar que esto sólo importa si hacemos muchos kilómetros, pero el paso del tiempo también deteriora las correas y deben ser cambiadas igualmente. Cada fabricante recomienda unos plazos, pero suelen rondar los cinco años.
Por el contrario, la cadena está diseñada para aguantar toda la vida del automóvil y es posible que no necesite ningún mantenimiento. Las posibles revisiones y ajustes suelen darse pasados hasta 250.000 kilómetros.
El ruido es inapreciable
Hoy en día, el aislamiento del ruido del motor es mucho mejor que hace unos años, por lo que no es posible apreciar la diferencia entre un sistema u otro.
Sí, se puede averiar
Como decíamos, la cadena de distribución no requiere mantenimiento, pues están diseñadas y fabricadas para durar, en principio, tanto como el propio motor. Sin embargo, esto no quiere decir que sean eternas.
En algunos casos requieren cierto reajuste cada 250.000 km como sustituir tensores o cambiar la propia cadena. Por ejemplo, en motores de deportivos que alcanzan altas revoluciones y que han sido ‘exprimidos’ por sus dueños o los que ‘sufren’ constantes operaciones de arranque (vehículos de reparto), pues la cadena y los tensores pueden presentar cierto desgaste, lo que se traduce en pequeñas holguras, que afectan al correcto rendimiento del motor.
No obstante, es cierto que no es muy común que la cadena de distribución falle antes de esos 250.000 km, si bien un defecto de fabricación o de montaje; un mal mantenimiento del vehículo (falta de lubricación o un aceite incorrecto); una exposición del vehículo a condiciones climatológicas extremas durante prolongados periodos de tiempo; una conducción excesiva por carreteras muy polvorientas; o malos hábitos en la conducción pueden provocar una rotura o desgaste prematuros. Incluso ciertos motores de pequeñas cilindradas (1.0, 1.2 y 1.4 litros de 3 y 4 cilindros) han demostrado ser vulnerables.
¿Cómo saber si está fallando?
Generalmente, la avería viene precedida por un ruido de cadena como traqueteo, pérdida de potencia del motor, tensor de cadena completamente extendido (solo visible al abrir el motor)… que no debes pasar por alto si lo detectas.